El barrio cosmopolita de la Condesa, en la Ciudad de México, se caracteriza por una arquitectura de edificios históricos en los que se aprecia un encuentro estilístico inusitado.

El proyecto Insurgentes plantea la intervención en varios predios de esta zona, tres de ellos casas catalogadas, para reacondicionar y recuperar espacios que han caído en desuso o a los que no se les ha dado el mantenimiento que su trascendencia arquitectónica merecería.

Bajo un programa mixto, se busca la inclusión de todo este polígono para crear 9 mil 400 metros de área útil y transformarlo en un complejo de 18 niveles de altura, con hotel y área comercial.

La preocupación desde el principio fue la de intentar mantener la altura del perfil de la calle e intentar remeter las torres altas para que como peatón no se sienta un volumen invasivo.

La propuesta considera mantener los elementos estilísticos que aporten verdaderamente en cuanto a la historia del mismo contexto, al tiempo que se mejorarían las estructuras que, debido al tiempo y descuido, podrían ser incluso riesgosas para los paseantes.

Los dos primeros niveles estarán destinados a un espacio comercial, mientas que los 16 pisos subsecuentes albergarán 128 habitaciones.

El gran reto de la propuesta es mantener un lenguaje arquitectónico sobrio y que no se desvirtúe del mismo entorno circundante.